La odontología pediátrica abarca la prevención, mantenimiento y tratamiento de la dentición temporal y definitiva de los niños, desde la infancia más temprana hasta que finalizan el proceso de crecimiento.
El objetivo principal es evitar que los pequeños padezcan problemas más graves en la edad adulta. Porque está demostrado que tener una boca libre de caries en la infancia está directamente relacionado con disfrutar de una sonrisa sana en la edad adulta.
"Es importante realizar revisiones periódicas a una edad temprana para así poder interceptar cualquier anomalía que pueda surgir."
La dentición temporal cumple una función esencial en el desarrollo bucodental de los niños. Aunque no sean los definitivos, son los encargados de mantener el espacio para los dientes permanentes y resultan esenciales para una buena masticación y un habla correcta. Además, una sonrisa sana es clave en el desarrollo de su autoestima.
Tampoco hay que olvidar que si existe una infección en los dientes de leche, se corre el riesgo de que las piezas dentales permanentes, que se están desarrollando justo por debajo, se vean afectadas.
La doctora Begoña Moreda es la experta en tratamientos odontopediátricos de nuestra clínica dental en Valladolid. Ella explorará cuidadosamente la cavidad oral del niño o niña, para detectar posibles anomalías en la dentición temporal o definitiva y te asesorará sobre si es necesario aplicar algún procedimiento corrector.
Recomendamos que la primera revisión dental de los niños se realice alrededor del primer año de vida. En ella, el experto revisará el crecimiento del maxilar y de la mandíbula, la correcta erupción de los dientes y descartará la presencia de patologías como la caries.
Además, los padres recibirán asesoramiento preventivo sobre cómo conseguir que sus hijos adquieran hábitos correctos de salud bucodental, resolviendo dudas sobre la higiene y el cepillado dental.
¿Sabías que aproximadamente un tercio de la población ha llevado ortodoncia en algún momento de su vida? Este dato pone sobre la mesa una cuestión importante: es fundamental cuidar y proteger la dentición de los más pequeños de la casa para que puedan gozar de una buena salud bucodental, así como de una sonrisa estética, en su vida adulta. Y sí, te avisamos: es probable que tu hijo precise de un tratamiento ortodóncico para corregir la posición de sus piezas dentales o de los huesos de la mandíbula, antes de que estos hayan terminado de desarrollarse. Según la Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO), es aconsejable que la primera visita con el ortodoncista se realice a los 6 años. Tras una completa y exhaustiva revisión de la cavidad oral del niño, se determinará si necesita o no ser portador de ortodoncia y de qué tipo deberá ser esta.
Además de venir a tu Clínica Dental en Valladolid de confianza, donde nuestros experimentados ortodoncistas te ayudarán, existen ciertas señales que puedes detectar por tu cuenta y que te indicarán si tu hijo requiere ortodoncia. Por ejemplo, los siguientes:
Según las necesidades específicas del niño, se optará por uno de los siguientes tipos de ortodoncia:
Se trata de la coloquialmente llamada “de quita y pon”. Suele ser la más común entre los niños más pequeños y permite un desarrollo óptimo del hueso maxilar y de la mandíbula. Está compuesta por unas placas fabricadas con materiales acrílicos que se sujetan en la arcada dental, gracias a unos ganchos de sujeción. Se emplea para corregir la mordida cruzada posterior, causar desplazamiento dental o expandir la arcada dentaria.
Dentro de la aparatología fija, la más conocida son los brackets. Estos se colocan una vez que se han sustituido los dientes de leche, cuando el niño tiene sobre 12 años. Puede ser de porcelana o metálica y permite al ortodoncista controlar la posición dentaria con una gran exactitud.
Acostúmbrales a que cepillen su dentición tras cada comida, al menos durante 2 minutos. Para ello, ¿qué mejor forma que hacerlo tú también? Sé su mejor ejemplo y estarás cuidando de su sonrisa, ¡para siempre!
Elimina -o reduce al máximo- de su dieta dulces y bebidas carbonatadas, puesto que deterioran el esmalte dental y provocan caries. En cambio, edúcales en un consumo más saludable repleto de frutas, verduras y mucha agua.
¡Que cada visita al dentista sea toda una aventura! Tráeles regularmente y poco a poco ese miedo a la consulta desaparecerá cuando vean que están en un entorno seguro, donde solo nos preocupamos por cuidar de ellos.
Elige un cepillo dental adecuado según su edad y condiciones orales. Y, en el caso de los más pequeños, mejor no utilizar dentífrico para no correr el riesgo de que se lo traguen.
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